- El sistema de alquiler de coches eléctricos en España sigue avanzando, pero aún con bastantes trabas.
- La falta de puntos de recarga y el coste de las flotas dificultan el cambio.
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En los últimos años, España ha dado pasos en la adopción de vehículos menos contaminantes. La compra de coches híbridos y vehículos eléctricos crece, pero en el canal del rent-a-car la realidad es más compleja. A pesar de que las empresas muestran un compromiso con la sostenibilidad, los datos revelan un ritmo lento frente a lo que se esperaba.
El presidente ejecutivo de FENEVAL, Juan Luis Barahona, lo resume con claridad al afirmar que “no estamos avanzando al ritmo que el sector realmente desearía”. Y es que, en un negocio donde los usuarios buscan movilidad sencilla y sin restricciones, las normativas de acceso a zonas urbanas y las etiquetas de la DGT añaden incertidumbre al cliente.
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Ese contraste se nota en las cifras: las matriculaciones eléctricas dentro del alquiler siguen representando un porcentaje muy pequeño frente a los coches de combustión, mientras que los vehículos híbridos logran ganar más presencia en las flotas.
Situación del sector de alquiler de coches eléctricos
La transición hacia una movilidad menos contaminante también toca de lleno al sector del alquiler de coches eléctricos. Sin embargo, el vehículo eléctrico de alquiler se enfrenta a un escenario complejo, donde las empresas apuestan por la sostenibilidad, pero se topan con barreras difíciles de superar.
La patronal FENEVAL lo expresa con claridad: “no estamos avanzando al ritmo que el sector realmente desearía”. El motivo principal radica en que, mientras el cliente busca libertad de movimiento y ausencia de complicaciones, las normativas de acceso a ciudades o las etiquetas medioambientales generan incertidumbre.
Este contraste marca una brecha entre la voluntad empresarial de electrificar sus flotas y la realidad operativa. La falta de incentivos específicos, el precio de adquisición y la infraestructura insuficiente dificultan la expansión del coche eléctrico de alquiler en España. No obstante, las compañías de rent-a-car reconocen que el futuro pasa por una flota más sostenible, aunque el ritmo sea más lento de lo que exigen las políticas de transición energética y climática.
Cifras del alquiler de coches eléctricos y de combustión
Los datos oficiales ponen números a la situación. Entre enero y agosto de 2025, el canal de alquiler de coches registró 186.164 matriculaciones en España. De esa cifra, sólo 5.349 correspondieron a coches eléctricos puros, lo que representa un 2,87% del total. La evolución muestra un ligero crecimiento respecto a años anteriores: en 2024 fueron 2.211 unidades (1,32% de cuota) y en 2023, 3.465 (2,73%). Aun así, el coche eléctrico de alquiler sigue muy lejos de competir con los vehículos con motores de combustión.
Los coches de gasolina lideran con más de 78.000 unidades y el 42% de cuota, seguidos por el diésel con 25.000 matriculaciones y un 13,4%. El gran salto lo protagonizan los híbridos, que ya alcanzan más de 69.000 registros y una cuota del 37%, casi 10 puntos más que el año anterior.
Este escenario refleja que el usuario del coche eléctrico de alquiler todavía no lo percibe como opción prioritaria, pero sí se abre paso un modelo intermedio: el híbrido. Para muchos clientes, el alquiler de coches híbridos representa una alternativa fiable que reduce emisiones sin depender totalmente de una red de recarga aún precaria.
Obstáculos para el coche eléctrico de alquiler
El gran freno a la electrificación en el alquiler es la infraestructura de recarga. En España existen más de 43.000 puntos públicos de recarga, pero un 22% no están operativos y apenas un 8,6% son ultrarrápidos. Además, las diferencias territoriales son marcadas: mientras Cataluña, Madrid y Andalucía concentran la mayoría, algunas zonas menos pobladas apenas cuentan con opciones.
El Plan MOVES, diseñado para incentivar la compra de eléctricos, tampoco se adapta bien al rent-a-car. Según FENEVAL, el sistema debería incluir al sector de forma clara para facilitar la renovación de flotas y ofrecer un marco fiscal más atractivo. En su ausencia, muchas pequeñas y medianas empresas, que representan más del 90% del mercado, se ven limitadas.
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El ejemplo más visible se da en las Islas Baleares, donde existen restricciones a la entrada de vehículos que dificultan la electrificación del parque de alquiler en un destino turístico clave. Este tipo de medidas, sin una red de recarga sólida ni ayudas ágiles, frena la transición real del coche eléctrico de alquiler.
A ello se suma la percepción de los usuarios. Para la mayoría, alquilar un vehículo significa comodidad y cero complicaciones. Pero la idea de depender de puntos de recarga escasos o inseguros genera desconfianza. Por eso, mientras no se logre mejorar la experiencia de uso, el alquiler de coches eléctricos seguirá siendo una opción secundaria frente a los híbridos o los vehículos tradicionales.
Soy una periodista madrileña con más de 25 años de experiencia. Cursé los estudios de periodismo en el Centro de Estudios Universitarios San Pablo CEU. A lo largo de mi trayectoria profesional he trabajado en medios como Motor 16, Km77, Car & Driver o Quad & Jet, y he colaborado con departamentos de prensa como el de BMW.