- El mantenimiento de vehículos eléctricos es mucho más simple, pero cobra especial importancia en verano
- Las baterías de los coches eléctricos pueden perder rendimiento con el calor
- Carga en destino: te contamos las ventajas de esta nueva tendencia con la que la recarga puede salir gratis
Cuando llega el verano, no solo los coches de combustión sufren por las altas temperaturas. Los vehículos eléctricos también están expuestos a condiciones que pueden afectar su rendimiento, autonomía e incluso seguridad. Aunque el mantenimiento de un coche eléctrico es más simple, te contamos cuáles son los puntos que más sufren el calor y cómo revisarlos para viajar tranquilo.
Baterías, cable y conector y electrónica de potencia
La batería es uno de los componentes más sensibles y costosos de un coche eléctrico. Aunque muchos modelos modernos cuentan con sistemas de gestión térmica activa, las olas de calor pueden limitar la potencia y reducir la autonomía. Como explican diversos fabricantes, es esencial comprobar que el sistema de refrigeración funciona correctamente y que el nivel del refrigerante esté dentro de los márgenes recomendados.
Además, conviene evitar cargar el coche durante las horas de más calor. La recomendación general es hacerlo por la noche o a primera hora de la mañana, cuando las temperaturas son más bajas y el estrés térmico sobre la batería se reduce.
Expertos responden: cuál es el mejor momento para cargar la batería de un coche eléctrico en verano
El cable de carga y el conector también sufren con las altas temperaturas. Si se almacenan en el maletero o se dejan al sol, los plásticos pueden deteriorarse. Antes de un viaje largo, asegúrate de que no presenten fisuras o deformaciones, y de que el conector encaje con firmeza en el puerto de carga. Una revisión visual rápida puede evitarte problemas mayores en mitad de un trayecto.
Por último, elementos como el inversor o el cargador interno del coche eléctrico operan a temperaturas elevadas incluso en condiciones normales. Con el calor ambiental del verano, estos sistemas trabajan bajo un esfuerzo extra que puede generar pérdidas de potencia, fallos puntuales o mensajes de error inesperados. Ante cualquier comportamiento anómalo, como tirones, reinicios del sistema o cortes de carga, es aconsejable pasar por el taller para una revisión preventiva.
¡Cuidado con los neumáticos! Sufren más
Los vehículos eléctricos son más pesados que los de combustión, lo que incrementa el desgaste de los neumáticos, especialmente sobre asfaltos muy calientes. La presión correcta es clave para evitar pinchazos, mejorar el consumo y garantizar una buena frenada. Además, con altas temperaturas y la batería al completo, el sistema de frenada regenerativa puede perder eficacia, delegando más carga en el freno convencional. Por este motivo, revisar discos y pastillas antes de salir de viaje es una decisión inteligente.
Por último, muchos coches eléctricos ajustan automáticamente su funcionamiento en función de la temperatura exterior e interior. Pero para que esto funcione correctamente, el software debe estar actualizado y los sensores operativos. Cambios bruscos en la autonomía, recargas más lentas o limitaciones de potencia pueden estar relacionados con un fallo en la gestión térmica.
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Carlos González es graduado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Colabora como redactor para Energynews.es, movilidadelectrica.es y hidrogeno-verde.es. Un apasionado de los coches y del mundo del motor desde pequeño. Además de muy interesado en todos los ámbitos de la sostenibilidad: movilidad, transición energética, nuevas energías...