- Francia presenta una nueva subvención para los coches eléctricos fabricados en Europa hasta llegar a los 5.200 euros.
- Francia sube la apuesta con ayudas extra a los coches eléctricos europeos: ¿y España qué? El Gobierno español todavía no ha definido una estrategia equivalente para su mercado eléctrico.
- Ayudas a la instalación de puntos de carga del Plan Moves III: cómo recuperar hasta el 70% de la inversión
El Ejecutivo galo ha anunciado que, a partir del 1 de octubre, entrará en vigor un incentivo adicional de 1.000 euros para quienes compren un coche eléctrico fabricado en Europa y con batería también europea. La ayuda se añade al conocido bonus écologique, un apoyo económico que sigue vigente mientras en otros países de la Unión Europea ya se ha eliminado.
El movimiento llega en un momento político delicado, tras la caída del gobierno de François Bayrou. Pese a ello, la administración en funciones mantiene la agenda ecológica y económica como prioridad inmediata, reforzando el mensaje de que los vehículos eléctricos son mucho más que una opción de movilidad. También son un elemento estratégico para la soberanía industrial.
El planteamiento francés se sitúa en la intersección de tres ejes: transición energética, defensa del poder adquisitivo y reindustrialización europea. La propia ministra Agnès Pannier-Runacher lo expresó claramente: «La transición ecológica es una palanca para la reindustrialización». La cuestión ahora es si España debería considerar una estrategia similar.
A cuánto asciende la subvención en Francia: 1.000 euros adicionales
En Francia, los hogares pueden acceder a un abanico de ayudas que oscilan entre 2.000 y 4.200 euros, dependiendo de su nivel de ingresos y del impacto ambiental del vehículo. A partir de julio, el máximo aumentó hasta 4.200 euros tras un ajuste gubernamental para frenar la caída de matriculaciones, que en 2025 acumulan un descenso del 4,3% según la ACEA.
Con la nueva medida, el tope alcanza los 5.200 euros, siempre que el coche esté ensamblado en suelo europeo y con baterías locales. El listado oficial de modelos beneficiados se actualizará mensualmente en la página de la Agencia Francesa para la Transición Ecológica, anteriormente llamada Agencia de Medio Ambiente y Gestión de la Energía (ADEME), reflejando un mercado todavía limitado en cuanto a opciones 100% europeas.
El trasfondo es claro: Francia no sólo busca incentivar el consumo interno, también quiere consolidar una industria de baterías propia, con proyectos ya activos en el norte del país y en otros puntos clave, como Alemania o Hungría. El esfuerzo se vincula directamente a la estrategia europea de autonomía industrial frente a la fuerte competencia internacional, especialmente asiática.
Objetivo de la subvención en Francia
La medida francesa se enmarca en un discurso más amplio sobre la soberanía europea. El gabinete de París insiste en que la producción local es esencial para la independencia económica y para mantener empleos en el país. “Francia defiende esta visión y reafirma que la producción es un requisito previo para la soberanía”, sostienen desde el Ejecutivo.
Este planteamiento conecta con las advertencias de Mario Draghi, quien en 2024 reclamó criterios más estrictos para definir el «Made in Europe». Su informe de 400 páginas planteaba un marco de competitividad a nivel global que todavía resuena en Bruselas. Francia, por su parte, asegura que ha refrendado esos objetivos junto a Alemania en la última cumbre bilateral.
Marc Ferracci, ministro de Industria y Energía, refuerza la línea argumental: “Lucho para que Europa dé prioridad a la soberanía y concilie los empleos industriales con la transición energética”. La frase sintetiza la apuesta por un modelo en el que la electrificación de la movilidad no se limite a cuestiones climáticas, sino que se convierta en motor de empleo y producción europea.
Más allá de la subvención: el arrendamiento social
El programa de ayudas francesas no se queda simplemente en los subsidios directos. De forma paralela, el Ejecutivo ha reactivado un plan de arrendamiento de coches eléctricos para hogares con bajos ingresos, suspendido a comienzos de 2024. Ahora, con un presupuesto de 370 millones de euros, se pretende facilitar el acceso a unos 50.000 vehículos bajo condiciones asequibles. Las solicitudes se abrirán el 30 de septiembre.
El conjunto de medidas refleja una hoja de ruta clara: impulsar el vehículo eléctrico como símbolo de transición energética y, al mismo tiempo, como palanca de reindustrialización europea. En España, mientras tanto, el debate sobre si replicar este modelo o diseñar uno propio sigue abierto.
Soy una periodista madrileña con más de 25 años de experiencia. Cursé los estudios de periodismo en el Centro de Estudios Universitarios San Pablo CEU. A lo largo de mi trayectoria profesional he trabajado en medios como Motor 16, Km77, Car & Driver o Quad & Jet, y he colaborado con departamentos de prensa como el de BMW.